Un debut por debajo de las expectativas

En Southport, los tres representantes argentinos tuvieron complicaciones; Angel Cabrera (+7), Andrés Romero (+7) y Ariel Cañete (+8) quedaron lejos de la cima

No fue auspicioso el debut de los argentinos en el Abierto Británico, que se disputa en el Royal Birkdale Golf Club de Southport. Angel Cabrera, Andrés Romero y Ariel Cañete firmaron tarjetas que los dejaron lejos de la cima.

Hasta ahora, el liderazgo del Major británico es compartido por Rocco Mediate y Graeme McDowell, con 69 golpes (-1).

Pigu, el primero. Romero tuvo una primera vuelta complicada y firmó una tarjeta de 77 golpes, siete sobre el par de la cancha, para quedar en el puesto 97.

El tucumano, que debutó en el certamen en 2007 consiguiendo el tercer puesto, fue el primero en salir, junto al inglés David Howell y al estadounidense J. B. Holmes.

Una difícil vuelta tuvo Romero en su primera jornada en el Royal Birkdale. Tanto es así, que en ningún hoyo logró estar por debajo del par. Pigu se anotó tres bogeys (hoyos 6, 10 y 12) y dos doble bogeys (2 y 16), para cerrar undebut que lo dejó lejos de la punta.

Cabrera se desdibujó. Por su parte, el cordobés Angel Cabrera, que había comenzado en buen ritmo, se desdibujó y cerró la jornada con 77 impactos (+7), para ocupar junto a Romero la ubicación 97.

El Pato firmó dos birdies (en el 5 y el 9), siete bogeys (6, 7, 11, 12, 14, 15 y 18) y un doble bogey (en el 8).

Cañete, lejos. Ariel Cañete, que participa de su primer Abierto y logró un lugar después de jugar dos vueltas espectaculares en la clasificación de Sunningdale, hoy no logró afirmarse y cerró su debut con 78 golpes (+8), para quedar en la 116ta. ubicación.

Cañete marcó seis bogeys (en los hoyos 2, 5, 8, 9, 12 y 16), un doble bogey (6) y recuperó algo de terreno con un birdie en el 17.

Los tres intentarán convertirse en el segundo argentino en la historia en levantar la famosa jarra de plata, como lo hizo Roberto De Vicenzo en 1967.

Condiciones adversas. En una cancha difícil, las condiciones climáticas no ayudaron. Los jugadores debieron lidiar con fuertes vientos.

Fuente: La Nación.com